viernes, 20 de abril de 2012

Recuerdos. Pueblo.

Después de darme el alta mi primera parada fue mi pueblo (Arroyomolinos de la Vera) que fue el primer sitio que mi familia pudo adaptar.

Mi casa del pueblo tenía en la planta de abajo un garaje enorme que sirvió para hacer otra vivienda abajo. Un salón, dos habitaciones y un baño. Tampoco se necesitaba más ya que el único que dormiría abajo sería yo.

Cuando llegué era todo tan parecido pero a la vez tan diferente. La verdad no me gustó nada quedarme sin garaje ya que allí pasaba las siestas en verano jugando a la diana o al ordenador con mi hermano, pero las circunstancian mandaban.

Llegué tarde y solamente recibí la visita de mi familia más cercana. Temía el día siguiente porque la gente que tenga pueblo ya sabrá como es la gente y aunque lo hacen con buena intención acaban agobiando tanta visita, pero por suerte la gente fue muy considerada y comprendió que era un chico joven y que las visitas que debía recibir eran de mis amigos y de la gente joven, y que las visitas de la gente mayor debían ser atendidas por mis padres y abuelo. 

A todo esto, era Navidad por lo tanto el pueblo estaba lleno de gente y todos mis amigos estaban allí y se pasaban las horas muertas en mi casa eso si siempre regando la garganta con vino de pitarra y cervecitas de mi nevera. Hay que decir que yo también lo hacía, para eso tenía 21 años y ganas de vivir, que una cosa es ser discapacitado y otra es ser joven.

El día de Nochebuena había llegado y yo aún no había salido de casa desde que había llegado de Toledo. Entre mis amigos tenemos la costumbre desde hace mucho tiempo de ir al bar en Nochebuena y Nochevieja por la tarde y cogernos unas cajas de cervezas para ir "animados" a la cena. Evidentemente esa costumbre debía seguir. Yo por supuesto no quería salir de casa al bar más que nada por no encontrarme con la gente y dar explicaciones, pero entre mis amigos y mi familia me "obligaron" a hacerlo.

Era el primer contacto con el mundo "real". El bar en el que tantas y tantas veces había entrado ahora me parecía diferente e inaccesible. Un pequeño bordillo en la entrada era el primer problema, eso si fácilmente salvable con la ayuda de mis amigos.

Cuando entre en el bar se hizo el silencio en el como si hubiese entrado un fantasma, sé que tenía pinta de ello pero no lo era. Gracias a Dios ese silencio duró poco y pronto toda la gente vino a saludarme y a darme ánimo. Primera prueba superada.

Después de todo eso llegó mi primer viaje a Valladolid por un gran motivo, la página Blanquivioletas había organizado un torneo de peñas con mi nombre y lo recaudado iba destinado a mí. 

Fue un día muy especial para mí. Toda la gente se portó estupendamente conmigo y me regalaron muchas cosas, todas ellas están en mi habitación. Lo que si llamaba la atención a la gente es que no hubiera cogido asco o tirria a Valladolid y al equipo. ¿Acaso cuando tú te peleas con tus padres o hermanos les coges asco o al cabo de un rato ya están hechas las paces y todo igual?. Pues esto era igual, Valladolid era y es mi segunda casa y tengo claro que tarde o temprano me iré a vivir allí.

Además tuve la suerte de hacerme una foto con toda la plantilla del Pucela (os la dejo al final) y de que Marcos me regalara su chubasquero, y claro está de intercambiar mis primeras palabras con el gran Iñaki Bea que por aquel entonces escribía un blog en la página del Real Valladolid y en el que habló de mi dándome ánimos (Blog Iñaki) y me propuso escribir en el, cosa que nunca hice, así que le pido perdón por ello.

La semana entre Nochebuena y Nochevieja, fue de lo más normal. Ya salía todos lo días a tomarme algo al bar y se puede decir que la gente se había acostumbrado a mi y a mi "caballo". Pero claro todo no podía ser tan bonito ni perfecto.

Recibí una llamada de una amiga de Jaraíz (pueblo cerca del mio). Era Elena, una chica encantadora que casualmente había conocido a través de Clara ya que era una de sus mejores amigas. Me dijo que si podían ir a verme ella y su grupo (todas amigas de Clara) al pueblo, ya que se imaginaban que yo no iba a ir de fiesta a Jaraíz. Por supuesto les dije que sí y ella añadió: "¿Puede ir Clara?". Se me encogió el estomago, puedo incluso llegar a decir que me puse supernervioso. ¿Realmente quería verla?. Le dije dudando que sí, al fin y al cabo era la chica de la que estaba enamorado y ¿quién era yo para negarle a nadie una visita?.

Al día siguiente fueron a mi pueblo. He de reconocer que fue el único día que más o menos me arreglé como solía hacerlo cuando estaba de pie. La primera que entró fue Clara y abrazándose a mi madre le dijo que la perdonara. Mi madre respondió: "El que te tiene que perdonar está ahí sentado".

Se acercó me dio dos besos y me dijo que me veía bien. ¿Bien? ¡Y una leche!. Solamente atiné a decir: "Gracias, ¿qué te has hecho en el pelo?". Esa fueron las únicas palabras que cruzamos en todo el rato que estuvieron de visita. 

Fuimos al bar con mis amigos y yo intenté comportarme lo más normal posible, pero no dejaba de mirarla. Habría matado por un minuto a solas para poder preguntarle realmente porque no fue a verme, pero no pudo ser.

Esa ha sido la última vez que la he visto. Al principio intercambiamos un par de mensajes (algunos mios diciéndola que la echaba de menos, sí, siempre he sido un blando), luego ni tan siquiera eso. La última vez que "hablé" con ella le pedí su amistad, ya que una cosa no quita la otra. Obtuve un "Mejor olvídate de mi y espero que te puedas recuperar". 

Ahí acabó todo con ella. Me he quedado con las ganas de saber porque realmente no me fue a ver y de porque me niega su amistad.

Pero bueno, volvamos a la Nochevieja del 2007. Siempre había salido de fiesta ese día, imagino que como casi todos, pero estaba claro que esa noche no sería así.

Cené con la familia, todo iba normal, pero de repente me dio un bajón y me fui a acostar sin tomar las uvas ni nada. Sí, los valientes a veces nos caemos suerte que pronto nos levantamos.

Después de Reyes, llegó el momento de regresar a Cáceres. Mi casa no estaba adaptada y mis padres tuvieron que alquilar un piso muy lejos de el lugar donde vivía.

A los pocos días mis padres decidieron que era hora de empezar con la rehabilitación en casa, a lo cual yo al principio me negué ya que en Toledo me habían dicho que lo que no recuperará allí no lo recuperaría nunca. Nuevamente se equivocaron.

Y así fue como entro Felipe en mi vida que es como mi hermano mayor. He estado en su boda, en el bautizo de su primer hijo, que por cierto ya tiene la camiseta del Pucela, y hemos hecho multitud de cosas juntas y no hemos dejado de remar juntos para superar este golpe de la vida, pero bueno, eso ya es otra historia que ya conocéis.

Hasta aquí mi primeros meses desde el accidente hasta que me vine a Cáceres, lo demás creo que ya lo sabéis. Alemania, Santiago, Hormonas del Crecimiento...

Muchas gracias a todos los que me habéis estado leyendo, y por supuesto seguiré escribiendo. Además se me ha ocurrido hacer una entrada respondiendo a preguntas que me queráis hacer (vamos si queréis hacerlas y salen al menos 5). Así que si os animáis escribirlas aquí o en el mi twitter (@torres13aac).

Y bueno, ya sabéis "No nos ocurre nada que no estemos preparados para soportar"


3 comentarios:

  1. Por mi parte, me he enorgullecido de poder haberte ayudado a organizar un trofeo, con más gente, para poder reunirnos, verte y sacar dinero. Lástima que no hayamos podido continuarlo pero entre los quehaceres profesionales que quitaban mucho tiempo, y la nula ayuda del club con la web, no ha podido ser.

    Sobre tu ex, sin conocerla.... ¡¡ QUE LA DEN !!

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  2. Felicidades y mucho animo aunque sea mayor el esfuerzo... Saludos desde Valladolid.

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  3. nunca te faltaran manos por muy grande que sea el escalon!!!

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