domingo, 15 de abril de 2012

Recuerdos. Toledo (UCI).

Abrir los ojos y ver que nada de aquello te suena, es una sensación un tanto extraña, aunque pronto imaginé que ya estaba en Toledo y que todo había salido bien. Apenas cinco segundos bastaron para quitarme la razón.

¿Qué era eso que me molestaba en la garganta? ¿Y ese extraño sonido?.

Miré un poco hacia abajo y en seguida lo vi. Un tubo salía de mi cuello y se unía a una máquina que hacia un ruido bastante molesto, pero que se convertiría en la banda sonora de vida durante un tiempo.

Aparte de esa gran putada (perdón por la expresión) todo parecía igual. Ningún movimiento salvo el cuello. Estaba claro no había sido un mal sueño. Era real y no me gustaba nada.

Curioso como funciona la mente humana. Lo primero que dije fue que quería la FHM donde aparecía Michelle Jenner (mi musa). Y donde digo decir, quiero decir intentar. Porque de lo segundo que me di cuenta de que me hubieran hecho la tranqueotomía era de que no podía hablar. Mi boca no producía ningún sonido. Vamos, lo que faltaba, no me movía y encima no podía hablar.

Después de un buen rato por fin me consiguieron entender y me comprarían la revista. Lo siguiente que pregunté fue que si ahí también tendría televisión para ver al Sevilla jugar la semifinal de la UEFA. Y claro otra sorpresa, era Lunes de dos semanas después de lo que yo creía.

Ya me explicaron que se había complicado el traslado y que me tuvieron que abrir la traqueotomía y que había estado intubado hasta entonces.

Eso fue la primera tarde en la UCI de Toledo. A partir de aquí no puedo controlar ni medir bien el tiempo, pero intentaré más o menos explicar todo lo que sucedió.

Los días allí eran diferentes que en Valladolid. Te hacían radiografías todos los días y de diferentes partes del cuerpo. Allí no comía nada, ya que me pusieron una sonda nasogastrica. Para quien no lo sepa es una sonda que te entra por la nariz y te comunica directamente al estómago y por ahí te entra lo que podríamos llamar comida.

Dejaban entrar antes de "comer" a dos personas y después de la siesta las dejaban entrar otra vez.

No sé exactamente los días que pasaron pero parecía que iba a mejor e incluso me quitaban el respirador a ratos, pero claro, no podía ser tan fácil.

De repente un día me empezó a doler el estómago y lo dije, pero me dijeron que era un cuentista y que no era nada. Los siguientes días el dolor se extendió y me dolía ya todo el cuerpo. Ahí fue cuando me empezaron a hacer caso, pero ya demasiado tarde.

Los dolores eran insoportables y por fin me detectaron lo que tenía. Una pancreatitis aguda, que unida a lo que ya tenía iba a complicarme mucho la existencia.

Cada día iba a peor e incluso en más de un momento les dijeron a mis padres que de esa no saldría.

Yo cuando me enteré de que podía morir, solamente pedí una cosa: poder despedirme de mi ex, Clara.

Mi madre me dijo que la llamaría y Clara le dijo que iría al día siguiente, pero no se presento. Volvió a llamar y le dijo que si iría al siguiente, pero no fue. Así durante cuatro o cinco días, y yo mientras sólo sabía preguntar por ella y veía que me moría sin poder despedirme. Al final no se presento y más adelante mi madre me explicó la verdad, que si queréis os la contaré.

El caso es que los días iban pasando y yo no mejoraba y para poner las cosas aún más interesantes se unió otro problema. No podía tragar mi propia saliva, es decir, todo el rato me ahogada entre mis propias babas y tenían que estar pendiente de limpiarme. Vamos un poema, los médicos no daban un duro por mi.

Pero de repente un día empecé a mejorar, a coger fuerza e incluso los dolores desaparecieron y en una semana estaba igual que al inicio, con traqueotomia y sonda nasogastrica.

Como ya estaba mejor me empezaron a hacer fisioterapia. Yo todavía no sabía lo que tenía, pero había escuchado por la UCI que se solía pasar seis meses. Yo pensaba, bueno, seis meses no son muchos, ya para el curso que viene vuelvo a Pucela y aquí paz y después gloria.

Dio la casualidad de que por aquellos días ya me empezaban a quitar el respirador y ya podía hablar casi con normalidad, pues buen un día hablando con la fisioterapeuta que me trataba salió la conversación del tiempo que se estaba allí y me dijo que en tetrapléjicos eran ocho meses. Yo contesté que bueno no era tanto para luego volver a hacer vida normal. Me miró y me dijo: "Antonio, habla con la doctora". Me dejo un poco frío pero esa misma tarde pedí hablar con ella.

La doctora, muy simpática como siempre, me preguntó que qué quería. Le respondí que sin tapujos me explicara la situación. Y ahí recibí el mayor palo de mi vida. Me explicó lo que era una Lesión Medular, sus consecuencias y su tratamiento.

Algunos creen que los valientes no lloran, y a mi muchos me llamáís así pero las lágrimas le salen a todo el mundo. Empecé a llorar y solamente atiné a decir: "¿Volveré a jugar al fútbol?". No hubo respuesta sonora, solamente un movimiento lateral de cabeza.

El mundo se me cayó encima. Todo dejaba de tener sentido en ese momento y por un momento desee que me podría haber muerto con La pancreatitis, pero entonces recordé la frase de mi película favorita, "No nos ocurre nada que no estemos preparados para soportar".

En los días siguientes me quitaron la sonda y ya solamente tenía el respirador para dormir.

Empecé a tomar líquidos y sólidos de manera oral y en poco tiempo me quitaron definitivamente el respirador.

Era la hora de bajar a planta.

2 comentarios:

  1. Guarda estos escritos en un cajón y añádelos para que en unos años puedas hacer tus memorias. Eso sí, como un ejemplo de superación y de la fuerza de vivir.

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  2. Qué pasó con tu ex? Cuál es la verdad que te explicó tu madre?

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