lunes, 1 de octubre de 2012
Dichosa cadera.
miércoles, 25 de julio de 2012
Y sigue dando guerra.
Después de llevar ya desde Noviembre con la dichosa bursitis, parece que me van a dar una mínima solución aunque no estoy muy seguro de que funcione cuando se llevan tantos meses de retraso.
Fui al trauma la semana pasada con la idea de que o me daban una solución o ponía una queja por todo lo alto. Parece que fue lo primero, al menos en teoría.
Como bien sabéis, llevo muchos meses con el dolor de cadera y hasta ahora era medio soportable pero ha llegado un momento en que el dolor incluso con pastillas es superior a mí.
Después de darme infiltraciones y parches y que nada funcionara, estaba barajando la posibilidad de pasar por quirófano para quitarme las bursas, ya que en principio es una intervención fácil pero el trauma después de confirmar que estoy hecho una mierda por esa zona, lo descartó de momento.
En principio me van a llevar al hospital a hacer rehabilitación con los fisios de allí para que me pongan corrientes y calor en las caderas. En mi opinión esto llega meses tarde ya que está van inflamado que ya cualquier roce me molesta.
Pero como yo soy el pupas pues se me une un esguince en el pie izquierdo que encima se está cogiendo una mala postura y amenaza con quedarse para abajo y perder la movilidad del tobillo, lo que quiere decir, que cuando me ponga con los bitutores sea dolor. La solución de momento, una ortesis para hacer sujeción y que vuelva a su posición original.
Así que ya veis, todo igual. Mismos dolores y la cosa estancada.
Os seguiré contando. Un abrazo.
miércoles, 6 de junio de 2012
A perro flaco todo son pulgas.
Llevaba ya bastante tiempo sin escribir en el blog fundamentalmente para ver sí había mejoría en mí, pero visto que no la hay que pongo a escribir.
Estuve ingresado en el Hospital San Pedro de Alcántara durante una semana por una inyección de orina, que afortunadamente se solucionó pero que trajo consigo otro problema aún mayor.
Al ingresar por Urgencias me tuvieron doce horas sobre una camilla en un pasillo con 42 grados de fiebre y sin cambiarme ni siquiera de postura, lo que supuso que me saliera una úlcera por presión necrosante en la cadera derecha.
En principio me dijeron que quirófano para salvar la úlcera que ellos mismos habían creado, pero mi madre les dijo que no y la intentaría curarla ella y mi enfermera en casa.
Para quién no sepa lo que es una úlcera por presión es una herida que crece hacia dentro de la carne pudiendo llegar a hueso y pudriendo todo lo que haya a su alrededor.
Tras tres meses e muchos dolores y curas interminables parece que se está terminando de curar, aunque aún queda.
A esto hay que sumarle que siguen sin dar una solución a mi bursitis de la cadera izquierda y con la que llevo desde el mes de Noviembre y que en ningún momento me ha dejado de doler, sólo que me he acostumbrado a el.
Toda esta serie de cosas han propiciado a que no pueda hacer rehabilitación. La gano una hora a la semana y por hacer algo. Comparar eso con las tres hospital diarias que suelo hacer.
He perdido mucha fuerza, musculatura y quizás lo más importante los ánimos, ya que por sí fuera poco después de estar desde Nochebuena sin salir salí el otro día y ahora tengo una enorme contractura en toda la espalda que no me deja casi ni sentarme.
En definitiva que ni las fuerzas ni los ánimos me acompañan últimamente. Siento decirlo que he aflojado, no por voluntad propia, sino por palos de la vida, ya que a perro flaco todo se le vuelven pulgas.
lunes, 23 de abril de 2012
¿Qué son cinco años en el resto de tu vida?
domingo, 22 de abril de 2012
El infierno no es tan malo.
Mucha gente piensa que 98 millones de euros hacen que ames a un club pero todos sabemos que no es verdad.
Hace cinco años el mundo pegó un giro para mi, podríamos decir difícil de aceptar. Y de hecho lo es.
Todo el mundo tiene sus debilidades y la mía tiene nombre y apellidos: Real Valladolid.
Bien es cierto que hasta ese día nuestro destinos nunca habían estado unidos y de verdad nunca pensé que un chico de Cáceres se pudiera unir a el devenir de un club lejos de su lugar natal.
Cuando pisé por primera vez Valladolid sentí que allí estaría agusto pero nunca pensé que me pudiera enamorar de sus calles y más aún de su equipo.
Muchas son las cosas que os podía contar sobre el Real Valladolid, pero quizás todas aburridas, pero si una en especial.
Era el día del Barça vs Madrid. Mi fisio me había dicho que si me iba con él y sus amigos a ver el partido. Me puse la camiseta de Cuenca y acepte.
El resultado del partido era lo de menos. Llegué a casa y me disponía a escribir, cuando un tweet de @rubopucela me llamó la atención.
Lo abrí y me puse a leer. ¡Maldita la hora!. Llevo aún hora y media llorando y sin saber como hilar dos palabras seguidas para dar algo de sentido a esta entrada.
Frases y palabras que llegan al corazón, más incluso de personas que aún no he tenido el gusto de conocer y que te abren su alma para decirte ánimo.
Nunca se me dio muy bien escribir, soy de ciencias puras, pero siempre intento plasmar lo que siento.
A estas horas 3.45 de la mañana lo que me apetece escribir es esto:
PUCELA TE QUIERO! GRACIAS AMIGOS Y NOS VEMOS EN PRIMERA!
viernes, 20 de abril de 2012
Recuerdos. Pueblo.
miércoles, 18 de abril de 2012
Recuerdos. Toledo (Planta.Parte II)
martes, 17 de abril de 2012
Recuerdos. Toledo (Planta.Parte I)
domingo, 15 de abril de 2012
Recuerdos. Toledo (UCI).
Abrir los ojos y ver que nada de aquello te suena, es una sensación un tanto extraña, aunque pronto imaginé que ya estaba en Toledo y que todo había salido bien. Apenas cinco segundos bastaron para quitarme la razón.
¿Qué era eso que me molestaba en la garganta? ¿Y ese extraño sonido?.
Miré un poco hacia abajo y en seguida lo vi. Un tubo salía de mi cuello y se unía a una máquina que hacia un ruido bastante molesto, pero que se convertiría en la banda sonora de vida durante un tiempo.
Aparte de esa gran putada (perdón por la expresión) todo parecía igual. Ningún movimiento salvo el cuello. Estaba claro no había sido un mal sueño. Era real y no me gustaba nada.
Curioso como funciona la mente humana. Lo primero que dije fue que quería la FHM donde aparecía Michelle Jenner (mi musa). Y donde digo decir, quiero decir intentar. Porque de lo segundo que me di cuenta de que me hubieran hecho la tranqueotomía era de que no podía hablar. Mi boca no producía ningún sonido. Vamos, lo que faltaba, no me movía y encima no podía hablar.
Después de un buen rato por fin me consiguieron entender y me comprarían la revista. Lo siguiente que pregunté fue que si ahí también tendría televisión para ver al Sevilla jugar la semifinal de la UEFA. Y claro otra sorpresa, era Lunes de dos semanas después de lo que yo creía.
Ya me explicaron que se había complicado el traslado y que me tuvieron que abrir la traqueotomía y que había estado intubado hasta entonces.
Eso fue la primera tarde en la UCI de Toledo. A partir de aquí no puedo controlar ni medir bien el tiempo, pero intentaré más o menos explicar todo lo que sucedió.
Los días allí eran diferentes que en Valladolid. Te hacían radiografías todos los días y de diferentes partes del cuerpo. Allí no comía nada, ya que me pusieron una sonda nasogastrica. Para quien no lo sepa es una sonda que te entra por la nariz y te comunica directamente al estómago y por ahí te entra lo que podríamos llamar comida.
Dejaban entrar antes de "comer" a dos personas y después de la siesta las dejaban entrar otra vez.
No sé exactamente los días que pasaron pero parecía que iba a mejor e incluso me quitaban el respirador a ratos, pero claro, no podía ser tan fácil.
De repente un día me empezó a doler el estómago y lo dije, pero me dijeron que era un cuentista y que no era nada. Los siguientes días el dolor se extendió y me dolía ya todo el cuerpo. Ahí fue cuando me empezaron a hacer caso, pero ya demasiado tarde.
Los dolores eran insoportables y por fin me detectaron lo que tenía. Una pancreatitis aguda, que unida a lo que ya tenía iba a complicarme mucho la existencia.
Cada día iba a peor e incluso en más de un momento les dijeron a mis padres que de esa no saldría.
Yo cuando me enteré de que podía morir, solamente pedí una cosa: poder despedirme de mi ex, Clara.
Mi madre me dijo que la llamaría y Clara le dijo que iría al día siguiente, pero no se presento. Volvió a llamar y le dijo que si iría al siguiente, pero no fue. Así durante cuatro o cinco días, y yo mientras sólo sabía preguntar por ella y veía que me moría sin poder despedirme. Al final no se presento y más adelante mi madre me explicó la verdad, que si queréis os la contaré.
El caso es que los días iban pasando y yo no mejoraba y para poner las cosas aún más interesantes se unió otro problema. No podía tragar mi propia saliva, es decir, todo el rato me ahogada entre mis propias babas y tenían que estar pendiente de limpiarme. Vamos un poema, los médicos no daban un duro por mi.
Pero de repente un día empecé a mejorar, a coger fuerza e incluso los dolores desaparecieron y en una semana estaba igual que al inicio, con traqueotomia y sonda nasogastrica.
Como ya estaba mejor me empezaron a hacer fisioterapia. Yo todavía no sabía lo que tenía, pero había escuchado por la UCI que se solía pasar seis meses. Yo pensaba, bueno, seis meses no son muchos, ya para el curso que viene vuelvo a Pucela y aquí paz y después gloria.
Dio la casualidad de que por aquellos días ya me empezaban a quitar el respirador y ya podía hablar casi con normalidad, pues buen un día hablando con la fisioterapeuta que me trataba salió la conversación del tiempo que se estaba allí y me dijo que en tetrapléjicos eran ocho meses. Yo contesté que bueno no era tanto para luego volver a hacer vida normal. Me miró y me dijo: "Antonio, habla con la doctora". Me dejo un poco frío pero esa misma tarde pedí hablar con ella.
La doctora, muy simpática como siempre, me preguntó que qué quería. Le respondí que sin tapujos me explicara la situación. Y ahí recibí el mayor palo de mi vida. Me explicó lo que era una Lesión Medular, sus consecuencias y su tratamiento.
Algunos creen que los valientes no lloran, y a mi muchos me llamáís así pero las lágrimas le salen a todo el mundo. Empecé a llorar y solamente atiné a decir: "¿Volveré a jugar al fútbol?". No hubo respuesta sonora, solamente un movimiento lateral de cabeza.
El mundo se me cayó encima. Todo dejaba de tener sentido en ese momento y por un momento desee que me podría haber muerto con La pancreatitis, pero entonces recordé la frase de mi película favorita, "No nos ocurre nada que no estemos preparados para soportar".
En los días siguientes me quitaron la sonda y ya solamente tenía el respirador para dormir.
Empecé a tomar líquidos y sólidos de manera oral y en poco tiempo me quitaron definitivamente el respirador.
Era la hora de bajar a planta.
jueves, 5 de abril de 2012
Recuerdos. Valladolid (Parte II)
La operación fue todo un éxito y solamente me pusieron una placa metálica sujetándome la vertebras C5-C6, eso si dejándome una enorme cicatriz en la parte derecha del cuello. Una herida de guerra que se podría decir.
Con la operación, llegó el cambio de sala y por fin dormía en una cama con almohada y todo incluido.
A partir de ahí, pude recibir todas las visitas que quise, gracias a que el Hospital se portó estupendamente en cuanto al tema de visitas al ser un chico joven.
No faltaba un día en que todos mis amigos estuvieran allí en la habitación todo el tiempo que les dejaban. Cada uno con una historia que nos unía. Cada uno con una palabra de animo.
Yo seguía sin saber lo que realmente tenía, desconozco si mis amigos ya lo sabían y por eso estaban allí siempre conmigo. Lo que está claro que cada uno tiene los amigos que se merece y algo debía de haber hecho bien cuando tenía a tales amigos.
No sé ni cuántos días iban ya y yo aún no movía nada más que el cuello y allí nadie me decía nada, solamente hablaban de un hospital de Toledo. Y yo pensaba, "¿Qué coño pinto yo en Toledo?", pero bueno, cuando lo decían sería por algo.
Mi amigo César, ya me había llevado una camiseta de Chema firmada por todos los jugadores, ya que él conocía a Rafa y por medio de él me había hecho llegar la camiseta.
Una mañana recibí una visita inesperada. Mendilibar, Víctor, García Calvo y Alberto (médico) me fueron a ver a la UCI. Todos muy cercanos la verdad, dándome ánimos e invitándome a estar en Zorrilla lo antes posible. Gente de a pie, pero me quedo con mi paisano Víctor, quizás por lo que vendría después.
Según mi madre mi teléfono no dejaba de sonar, pero en la UCI no podía hablar por el, sin embargo con una llamada hicieron una excepción. Era Clara, mi ex. Lo habíamos dejado cuatro meses antes. Estaba llorando y me decía que lo sentía mucho y que en cuanto pudiera me iría a ver. Mi intuición me decía que ella ya sabía lo que yo tenía porque le dije que yo era un valiente y que saldría de ésta y me contestó que no era tan fácil. Parecerá una tontería, pero esa llamada me alegro un par de días mi estancia.
Por supuesto, no comía nada de nada, se me había quitado el apetito de golpe. Además respiraba mal y me tenían que sacar flemas y mucusodidades con un tubo vos la nariz. Una sensación nada agradable.
Tengo un poco confuso los días y no sé exactamente lo que sucedió antes o después.
Recuerdo que las enfermeras me consiguieron una televisión para ver la semifinal de Champions que jugaba el Liverpool, no recuerdo el rival.
Otro día mis amigos se presentaron con una bandera del Pucela y me la pusieron en mi improvisada habitación.
También recuerdo que cuando me movían un poco los brazos y las piernas me quedaba muy relajado y estaba deseando que me lo hicieran.
Un día estuve fatal y dio la casualidad que me visitaban por primera vez las dos personas más importantes en mi vida, mi abuelo y mi hermano. Recuerdo decirles nada más entrar: "Despediros de mi que de ésta no salgo". No me quiero ni imaginar como les cayó eso a un niño de 13 años y a un hombre mayor.
Los días pasaban y por fin me dijeron que tenía plaza en ese famoso Hospital de Toledo y que al día siguiente iba a ser trasladado.
El médico me explicó como iba a ser el viaje. Debía elegir entre hacerme una traqueotomía o ir entubado. Obviamente elegí la segunda, la idea de hacerme un agujero en el cuello no era muy atractiva.
La noche de antes todos mis amigos fueron a despedirme y me firmaron la bandera y un balón que había traído mi compañero de piso, Manu, desde Suiza.
Recuerdo que era Jueves. Mi madre me dijo: "En unas horas no vemos", y ahí comenzó mi viaje a Toledo.
miércoles, 4 de abril de 2012
Recuerdos. Valladolid (Parte I)
Me levanté tarde y me hice un arroz a la cubana, mi plato favorito, como sabiendo que como dice la película de 300 "Esa noche cenaría en el infierno".
Dejé el plato en el escritorio y me pongo con el ordenador y la radio, ya que el Real Valladolid se jugaba el ascenso en Tenerife a falta de muchas jornadas. Casualmente, mi amigo David y yo habíamos dicho que viajaríamos con el equipo el día del ascenso dónde fuese con el coche, pero el destino quiso que no pudiera ser.
El primer gol caía en Tenerife y luego el segundo. Estaba claro, hoy habría fiesta.
Abrí mi armario. Saqué la camiseta blanquivioleta y unos vaqueros. Me vestí deseando llegar a la plaza Zorrilla a celebrar el ascenso.
Avisé a mis amigos, Javi Batuecas y Javi Trancon, para irnos ya. Ellos moderados sin nada blanquivioleta a la vista.
Nos dirigimos a coger la línea 2 del urbano. Nos avisa el conductor, sólo nos puede llevar hasta plaza España.
Desde allí se oía el ambiente y los gritos de júbilo. Aprovecho y llamo a mi hermano pequeño Javi, para decirle que voy para allá que a ver si salgo en la tele.
En el breve trayecto nos encontramos con muchos aficionados mojados hasta arriba. Una pareja nos dice que tranquilos, que hay agua para todos. Sonrío sin saber lo que iba a venir después.
Llegamos a una plaza hasta arriba y nos colocamos al lado de un puesto que vendía camisetas conmemorativas de la gesta. Ya la compraré luego pensé.
Ninguno de mis dos acompañantes estaban muy por la labor de mojarse la ropa, pero una vez más la casualidad me jugó un mala pasada.
Feras, otro amigo de la universidad, estaba allí y me convence para que nos acerquemos a la fuente. Me saco el móvil y la cartera y se las doy a Batuecas para que no se me mojen.
Ya estaba listo para el pequeño baño, pero el destino tenía preparado otra cosa para mi. Cuando me quise dar cuenta estaba debajo de la poca agua que quedaba en la fuente sin poder mover ni un músculo y tragándome esa sucia agua.
Puede que fueran 20 o 25 segundos solamente, pero para mi los más largos de mi vida, por fin Feras apareció y me levanto, pero me volví a caer otra vez dentro del agua.
En este tramo tengo la memoria algo confusa y no recuerdo ni quién ni como me sacaron del agua, lo que si sé es que estaba en el borde de la fuente con mi cabeza encima del pie de una persona y sin poder mover ni siquiera el cuello.
Tampoco sé el tiempo que tardó en llegar la ambulancia, solamente sabía que no podía mover nada y que había tragado agua.
Cuando vino la ambulancia, me pusieron un collarin y me dijeron que me tenían que romper la camiseta del Pucela. Les dije obviamente que ni se les ocurriera, pero no estaba en posición de elegir.
Cuando llegué al hospital, me llevaron a una sala con al menos 15 personas cada una haciendo y diciendo una cosa, imposible acordarme de esos momentos con claridad.
A continuación me pasaron a una sala en dónde había una tabla (que sería mi cama durante 3 días) y me echaron allí. Por supuesto antes de eso tenía goteros por todos los lados y yo seguía sin mover nada y hasta me costaba hablar.
Me explicaron que me tenían que poner un compás en la cabeza para no moverla. Me pusieron algo en anestesia y en seguida dos tornillos me estaban taladrando la sien llegando a hacer contacto con el hueso del cráneo.
Yo no sabía nada de lo que tenía, sólo que no me movía. Entonces me dijeron que estaba allí mi novio y que si quería verlo. ¿Novio? O yo ya no era yo o hasta donde sabía me gustaban las mujeres, pero dije que sí. De repente apareció Batuecas. Una cara conocida después de no sé cuantas horas. Me dijo que no le daban información y se marchó a los 30 segundos.
Estoy jodido, eso era lo único que tenía claro hasta el momento e imagino que ya habían pasado 4 o 5 horas y nadie me decía porque no me movía.
Que nadie pregunte que qué pensaba, porque no lo recuerdo, bien por la sedación o porque la memoria es selectiva.
Tras otro rato, igual horas, aparecieron mis padres y mis tíos que venían desde Cáceres. Le dije a mi madre: "Mamá, no muevo nada". Ella me contesto con un nudo en la garganta que ya lo sabía.
Desde ahí al día de la operación todo es muy confuso. Recuerdo estar con el compás tumbado en esa tabla dura gritando que por favor me dieran una almohada y de tener muchos dolores. No recuerdo ni caras, ni conversaciones ni nada de nada.
martes, 6 de marzo de 2012
¿Rendirse?
Llevo dos sesiones de infiltraciones y este jueves día 9 tengo la tercera y última de ellas. La verdad que no me están aliviando el dolor, ni tan siquiera algo, lo que me da que pensar.
La traumatólogo, muy maja por cierto, me ha pedido una resonancia para poder saber a ciencia cierta lo que tengo pero a saber cuando llega. Mientras tanto el diagnostico es de una bursitis, pero sinceramente no creo que sea eso y más tras ver que los dolores aumentan exponencialmente cada día que pasa.
Todo esto me ha llevado a un estancamiento total en la rehabilitación y recuperación. Para que podáis entender el dolor que tengo, llevó sin salir de casa dos semanas exceptuando el partido del Cacereño del domingo pasado. Es más, no puedo estar sentado en la silla de ruedas por el dolor y el domingo estuve tan solamente tres horas y aún lo estoy pagando.
Queda algo más de un mes para cumplir un lustro sentado en la silla y estos seis últimos meses (quitando los 8 del HNP) han sido los peores sin duda . Quizás el cuerpo haya dicho ya basta y ha reventado por la cadera y espalda. Quizás sea un mensaje de alguien o algo para decirme que ya está bien, que me conforme como estoy y deje de remar en contra de la corriente, para posiblemente "morir" en la orilla o quizás tan solamente sea una mala racha. Cualquiera de las tres opciones son validas y me plantean una pregunta ¿Es hora de abandonar?.
Os adelanto la respuesta, NO. No llevo luchando 5 años para ahora darme por vencido por esto. No llevo gastado todo el dinero del que disponía (y más) para decir se acabó. Y por supuesto no me conformo con esto.
Vale diréis que estoy loco y puede ser pero, ¿Quién no tiene algo de locura?. Nunca he sido un cobarde, ni antes del accidente ni mucho menos después. Pancreatitis, traqueotomia, infecciones de orina no han podido conmigo, ¿va a poder un dolor de cadera?, ja, con menudo lo vienes dando.
Que me tengo que quedar otras dos semanas sin salir de casa solo al fútbol (y siempre que me acrediten) pues lo hago, pero lo que está claro que YO NO AFLOJO.